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Foto: Hernan Sanchez |
Ya no quiero dormir con los ojos hinchados y
la duda en el pecho. Ya no quiero extrañarte y sentir que me asfixian estas
palabras tan insistentes, tan estúpidas.
Voy a repetirlo un millón de veces. Voy a desayunarlo, comerlo y
cenarlo. Poco a poco me haré a la idea de que te has ido. Ya no está,
simplemente ya no está.
Comenzaré por lavar las sábanas que he guardado por meses pues mi mente
imagina que es lo único que me ayuda a recordar tu aroma. Ese dulce pasaje al
pasado es lo que me ayuda a dormir un poco. Lo que aún me tiene con vida.
Y lo he decidido, mientras se empapan, un sollozo invade el silencio. Es
tan doloroso aceptar que debo seguir caminando. Es tan complicado discernir
nuestro destino, no encuentro un verdadero objetivo.
He llegado a pensar que era buena idea terminar la historia en lunes, un lunes por la
mañana, mientras tomábamos el café, porque ese día casi siempre me encontraba
irritada. Entonces hubiese tomado las cosas diferentes. Tal vez hubiera
gritado, berreado, tal vez hubiera salido corriendo primero. Pero no, decidiste
que fuera en medio de un día tan especial y por ello aún duele tanto.
Hoy en día las fechas especiales me provocan mayor dificultad al respirar.
Y por si quieres saberlo, fue culpa de tu falta de atención a los detalles,
siempre lo supe.
Insisto… es tu culpa, todo es tu culpa. Hoy me quiebro como un frágil cristal y es culpa tuya que no
llegáramos a tener sueños sólidos, reales. Te encontrabas tan acostumbrado a mantener esa idea de
independencia. Porque solo sabías ser rebelde e irresponsable. Y en el fondo siempre supe que serías un
desastre, siempre supe que lo arruinarías.
Pero creí, creí en ti. Creí en el amor que hoy me extermina.
Pero creí, creí en ti. Creí en el amor que hoy me extermina.
Es culpa tuya que no haya logrado sonreír nuevamente. Me deshago entre la fantasía y la fe de despertar por el
ruido de tus pasos en el pasillo, sintiendo como cada parte de mi cuerpo se desmorona corriendo
con el viento hacía la distancia. No dejo rastro.
Sé que hay que seguir pero por ahora no encuentro razón alguna.
Dormiré un rato más hasta que esta sensación haya mejorado. O hasta que
regreses. O hasta que la vida termine.
Que difícil es el amor, pero que bello es.....
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