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Mostrando entradas de abril, 2016

Tus bellos ojos de miel

Foto: Josh Felise Me quedo con tus besos salados y ese sabor amargo en tu piel, prefiero los días intensos a aquellos en donde desapareces en el tiempo, en la inconsistencia de tus pensamientos y la inmadurez de tu sentir. Espero quedarme pasmada ante tu llanto, lágrimas de oro que cubren tus mejillas, coloreadas y repletas de mis huellas de amor, atiborradas de recuerdos bonitos. Voy a robarme tu tranquilidad e invadir el mundo psicodélico que habita tu cabeza cuando la vida se pone rara, quiero acabarme la miel de ese bello color que llena tus ojos o enredarme entre tus rizos brillantes estallando tus oídos con mis palabras inquietas. Foto: Freestocls.org Voy a estar ahí, en las mañanas cuando tus ojos perezosos no quieran abrirse, levantarte con un beso agridulce de esos que provocan escalofríos a lo largo de todo el cuerpo, me adueñaré de esa sonrisa y tus dientes blanco brillante. Rozar tu pálida piel mientras la sonrojo de sentimiento, catar el sabor de

Despertar musical

Era muy temprano, así que decidí comenzar mi rutina musical, me pude los audífonos y active la opción aleatoria en mi reproductor, después de cinco canciones comenzó aquella que siempre omito sin piedad, en la que ni siquiera me es posible reconocer al intérprete, pero antes de dejarla de lado, le doy una oportunidad... Tenía tintes melancólicos pero sinceros, un golpe duro a mis desórdenes mentales.  En ese momento fue cuando me pregunté: ¿cómo fue que pase tanto tiempo sin saber de su existencia? Ella estaba ahí, decidida a esperar ser elegida o compadecida, comprendida y al fin amada, igual que yo. Foto: Corey Blaz Así que decidí concretar aquella analogía y aplicarla a la vida real, así sucede: mientras esperamos desesperadamente, podríamos tener alguien  a nuestro lado sin saber la magnitud de la felicidad que nos está aguardando. El miedo a lo diferente nos ahoga y deja ciegos ante los deseos que creemos tener. Fue así como decidí dar un cambio radical, comenzar

Sabor amargo

​ El sólo se metió bajo mi vestido, no pidió permiso, arrancó mis medias y mi inocencia mientras temblaba. Parecía querer desgarrar mis labios mientras yo aún me resistía a no desear exactamente lo mismo, la mente aún me traicionaba y el deshonor me consumía debajo de las sábanas, mientras su saliva se absorbía en toda mi piel. Mi aroma era cálido y penetrante, la mezcla perfecta del deseo y temor de que nos hallaran entrelazando nuestras almas, de a poco ya estaba adherida a su espalda y su pálida piel me trastornaba. Habían pasado horas pero mi cuerpo lo percibía en minutos, minutos que no deseaba que acabaran pues ya casi era hora de ver salir el sol. Logré romper todas las reglas y aún no comprendía de que manera podría ayudar a mi cabeza a entender todo lo que había sucedido. Era miedo, acompañado de la esperanza de volverlo a ver y probar de nuevo esa agridulce experiencia; de pronto ya se había ido, huyó mientras mis ojos se desvanecieron, no pude evitarlo. Foto: