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Mostrando entradas de marzo, 2016

Vicio

Quiero confesarle que usted me gusta,  me gusta su intelecto, su barba alborotada  y la manera en la que coquetea jugando  con las comisuras de sus labios.  Que me fascina su intensidad junto a sus gestos serios, su ceño enojado,  su acento extraño. Que su lentitud me enamora,  la tranquilidad de su hablar  su volumen alto, maduro que envuelve en fantasías cuando besa mi mejilla, sentirle tan cerca, oler su piel. Quiero decirle que a pesar de su lejanía,  tengo ese cosquilleo en el ombligo cuando llega atrevido,  hablando de pequeñeces que para mí ya son una historia entre los dos, lo poco que me permite darle lo mucho que quisiera robar de usted. Ahí sigue con su porte de caballero rebelde,  escandalizando mi cabeza,  erizando mi cuello al pronunciar mi nombre,  ahí sigue mi hombre prohibido. ¿Qué será cuando usted se entere de mi sentir? Foto: James García

¿Para qué olvidarte?

​ Antes de comenzar, es necesario decir que a lo largo de la vida, las personas se quedan con un millón de inquietudes, que por no ser juzgados evitan expresar, tuve un sueño que evoco una conclusión pendiente y comencé mi jornada analizando el por qué tendría que ser obligatorio olvidar para sanar. Yo no olvido, aprendo. ¿Cómo podría olvidarte? Quiero ser sincera, aún te recuerdo, vienes como el viento en mis vagos pensamientos, ¿cómo podría olvidar tantos años maravillosos? No puedo negar lo que fuimos, lo que significó tu existencia en mi vida muy a pesar del trágico final de nuestra historia, hoy sigo pensando que será difícil amar con tanta intensidad como mi corazón lo hizo contigo, sin embargo, me encuentro en la lucha diaria por encontrar aquel que me provoque esas ganas de amar sin escudos una vez más. ¿Cómo podría arrancarme todas las lecciones aprendidas? ¿Cómo sería eliminar aquellos años de mi historia? Sería como haber existido mientras mi alma se encon