Foto: Josh Felise No dudo de ti, dudo de mi. De que te vuelva a encontrar y quiera besarte, quiera robarte. Que busque amarte. No dudo de ti, dudo de tu rechazo, de tu valor para decir no. Cuestiono a mi propio criterio para lograr entender que ya no eres mi lugar de paz, mi hogar. Dudo del destino cuando nos regrese al camino y no sepa que hacer con el, contigo. Desconfío de la felicidad incompleta, de todo aquello que haces para mantenerme cerca sin estar seguro de ello. No dudo de ti, sospecho del tiempo y sus falsas lecciones. Titubeo ante tu llanto, tus ojos cristalinos que están a punto de quebrarse. Temo de tu credibilidad y ese don espiritual de destruirme por dentro, de romper cada parte de mi hasta dejarme hecha trizas. Me inquieta tu agilidad de mentira y esa tranquilidad frente a la tempestad. No dudo de ti, dudo de mi miedo a estar sola. Sospecho que será mas complicado de lo que imaginé. Huir deseando quedarme aquí.
Son esas cosas que no se pueden decir en voz alta.