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Mostrando entradas de agosto, 2016

Mi vida sin ti (Parte V)

Dos años de tu partida, sigo contando los días, las horas y la herida sigue fresca. Tengo una colección de corazones en el cajón de mi buró, no he encontrado la solución a extrañarte. Quisiera que no me importaras, quisiera el tiempo borraras. Nada llena. Nadie logra ocupar tu espacio. Mi cabeza sigue divagando en preguntas que pensé otras responderían. La ilusa idea de que un día te podrías dar cuenta del error que cometiste, lo sigo esperando.  ¿Acaso no sabes cómo encontrarme? He buscado ser lo suficientemente visible para que sepas en donde hallarme, he logrado tanto y he perdido mucho mas de lo que solía ser.  No es posible que aún nada se compare con tu simple compañía.  No razono que me dejaras de lado sin titubear.  ¿Cuándo llegará mi oportunidad?  ¿Cuándo dejaré de divagar?  Sigo vivo, no tiene sentido. Sigo de pie aunque nada bien, lo sé. Ya no quedan restos de mi esencia.  Por las noches, la ansiedad consume mis ojos. Me desespera y agota tu recuerdo.

Mi vida sin ti (Parte IV)

Te perdiste en el orgullo, entre la novedad que otros espacios te regalaban y aún así, mi inocencia seguía sin creerlo. Me ahogue en la pregunta cada noche, me perdí en mi inconsciencia hasta desear dormir para no despertar jamás. Mi princesa de cuento, este día que en otros brazos te encuentras quiero decirte que eres la culpable de este corazón roto. Te acuso de mis posibles pecado. Te obligo a que cargues con el perdón que jamás podré otorgar, no quiero continuar pero sé bien que no eso me ayudaría a olvidarte. Mi niña, mi dulce cielo, te robaste toda mi buena voluntad. Hoy mis recuerdos parten desde aquel primer día en que encontramos, fue mi alma quién te reconoció. Me siento tan tonto por guardarme estos sentimientos. No he podido expulsar siquiera un poco de rencor por tu abandono, porque muero por estar ahí si decides volver a pensar en mi. Me siento humillado, herido en lo profundo de mi orgullo. Estoy atrapado en tu rostro de ángel, o demonio tal vez, según como

Mi vida sin ti (Parte III)

Te rogué tantas veces el que me permitieras luchar por los dos, te suplique un intento, te implore darme una última oportunidad, iría hasta donde te encontrabas para revivirte, enviciarte una vez más. No tenía idea de cómo lo lograría pero estaba dispuesto a correr tras de ti, pero tú simplemente dijiste -No hay nada que hacer, se terminó. Lamento que tenga que ser así-. Hoy, aún guardo el escalofrío que sentí aquella ultima noche que me obsequiarse el sonido de tu voz mientras mi cuerpo helado se cuestionaba el porqué se habrían terminado tus ganas de romper el viento con tus preciosas alas. ¿Porqué decidir irte con una historia inconclusa? ¿Porqué ser tan injusta y abandonarme con los sueños, los planes? Mis días eran terribles, el no poder siquiera hablar acerca de la guerra que daba lugar en mi cabeza por temor a ser observado. Señalado por aquellos que un día me admiraron o hasta envidiaron. Es tan complicado intentar pasar desapercibido mientras se sufre,

Mi vida sin ti. (Parte II)

Foto: Priscilla Westra Eran meses congelados por el invierno y lo intento decir de forma poética pues su corazón era cada día más frío, ya no se sentía igual, sus palabras entrecortadas no expresaban más que solo cansancio, comenzaban a descifrarme que todo terminaría muy pronto.  Mi necedad lograba elevarme entre las nubes una vez más, los pretextos crecían conforme se volvían expertos en pláticas muertas, los minutos eran horas, los días semanas. Todavía siento ese cosquilleo en el cuerpo como aquella mañana que me despertastó con esa dulce y maravillosa voz: –Lo siento, no puedo seguir con esto –fragmentaste mi corazón en pequeños pedazos que hoy se buscaban entre sí–. Ha sido demasiado, simplemente no funciona –continuaste–, no logramos que sucediera y aún falta tanto para estar de vuelta y sé que es injusto tenerte aquí, obligarte a pensar que esto tiene remedio. Sencillamente mi cabeza no lograba entender el porqué de tu decisión, ya estabas l