Me gusta el fuego en tus ojos
el frío en tus manos
el silencio en tus labios.
Me gusta el reflejo de mis pupilas
en tu mirada dorada
me gusta el aroma que desprendes al despertar.
¿Cómo es que podrías enamorarte de mí?
¿Cómo es que el tiempo fue tan corto
que la vida y la lejanía, entre tanta gente,
nos eligió para ser uno solo?
¿Qué hice para merecer el cielo en la tierra junto a ti?
¿Qué hice para que la distancia se acortará a centímetros
y mis manos pudieran rodear tu cuello?
Dulce contacto que dispara mi esencia cuando te encuentras cerca,
tiempo y ganas, ganas de verte acostado junto a mí por las tardes de domingo.
Frío tenue que se cuela por la orillita de tus labios mientras sonríes,
vida alegre, risas y llantos que aclaman nuestra historia, nuestro encanto.
El chocolate dispersado en pecas por encima de tu cuerpo,
piel blanca que juega a engañarme sonrojada,
tersa y amable que me permite tocarla por más intenso que sea el encuentro
tus manos, dedos delgados y suaves como jamás hubiera encontrado otras
delgadas como la línea que nos mantiene alejados,
perdidos en la simulación de no ser nada siéndolo todo.
Y ese cabello que se queda enredado en mi almohada,
aroma sutil a vainilla mientras tus labios mojados
me avisan que ya estás aquí,
que no te irás mientras te sientas extasiado y mentiroso.
No te irás mientras alimente tus dudas
amor difuminado, amor confundido.
Te quiero cerca
Te quiero siempre
Te quiero de lunes a viernes
Sin pretextos
Sin mentiras.
Te quiero confiado y solo mío.
el frío en tus manos
el silencio en tus labios.
Me gusta el reflejo de mis pupilas
en tu mirada dorada
me gusta el aroma que desprendes al despertar.
¿Cómo es que podrías enamorarte de mí?
¿Cómo es que el tiempo fue tan corto
que la vida y la lejanía, entre tanta gente,
nos eligió para ser uno solo?
¿Qué hice para merecer el cielo en la tierra junto a ti?
¿Qué hice para que la distancia se acortará a centímetros
y mis manos pudieran rodear tu cuello?
Dulce contacto que dispara mi esencia cuando te encuentras cerca,
tiempo y ganas, ganas de verte acostado junto a mí por las tardes de domingo.
Frío tenue que se cuela por la orillita de tus labios mientras sonríes,
vida alegre, risas y llantos que aclaman nuestra historia, nuestro encanto.
El chocolate dispersado en pecas por encima de tu cuerpo,
piel blanca que juega a engañarme sonrojada,
tersa y amable que me permite tocarla por más intenso que sea el encuentro
tus manos, dedos delgados y suaves como jamás hubiera encontrado otras
delgadas como la línea que nos mantiene alejados,
perdidos en la simulación de no ser nada siéndolo todo.
Y ese cabello que se queda enredado en mi almohada,
aroma sutil a vainilla mientras tus labios mojados
me avisan que ya estás aquí,
que no te irás mientras te sientas extasiado y mentiroso.
No te irás mientras alimente tus dudas
amor difuminado, amor confundido.
Te quiero cerca
Te quiero siempre
Te quiero de lunes a viernes
Sin pretextos
Sin mentiras.
Te quiero confiado y solo mío.
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| Foto: Neill Kumar |

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