Ir al contenido principal

Una carta sin entregar

Foto: Álvaro Serrano
Estoy escribiendo esto aun cuando ni siquiera estoy segura de llegar a enviarlo… Cerré todo camino posible para no regresara la historia inconclusa que compartíamos.

Sin duda, a diferencia de hace algunos años, esta historia no tendrá una segunda parte en la que todo logre funcionar maravillosamente por un tiempo. Sinceramente, hoy no tengo idea cuanto duro -en realidad- la anterior. Me quedé con un puño de dudas sobre la veracidad de lo construido. Aunque... hoy ya no importa.

Pensé en ignorarte, en idealizar que por fin puse punto final a algo que no hacía más que atormentarme en las mañanas al despertar. Mi corazón se siente muy tranquilo, tengo deseos infinitos de ser feliz pues atrevidamente aseguraría que lo seré inclusive más de lo que fui contigo.

Hoy he aprendido muchas lecciones y deseo aplicarlas con la persona que llegue a mi camino. Y aun si esto no sucediera, pretendo amarme y ser feliz con lo que soy. 
No pienso en que tú te sientes igual, creo que la mejor decisión que tome fue apartarme de tu lado.

A diferencia de las ocasiones anteriores, hacerlo por fin sin regresos inesperados, sin aceptar que tengas nuevas palabras ya que el amor que siento por ti sigue fresco y sigo pensando que si dieras un paso incierto, lo seguiría aun cuando eso implicara llevarme al fondo nuevamente.

Acepto mis errores, ilusionarme de manera tonta por cosas inexistentes, forzarte a compartir sueños  y creer tus palabras, dejarme llevar por aquello que decías compartir He aprendido perfectamente que la vida no son solo sueños que tal vez no se pueden cumplir.

Esperé  demasiado de ti, no debí.

Hoy estoy consciente de haber olvidado lo que soñaba a tu llegada. Todo lo que dejé por disfrutar al máximo tu amor. Deseo que tu madurez te ayude a aprender muy bien de toda esta situación. Que la quieras, la respetes. Que cuides su amor.

   
Foto: Elena Ferrer
No me arrepiento de haberte regalado tan valiosos años de mi vida, los disfrute como jamás hubiese imaginado.

Me iluminaste en las noches oscuras, me llenaste de besos y caricias divinas. Aprendí a darlo todo sin siquiera pensarlo, conocí esas tardes rosadas que caían sobre nuestros hombres en aquellos largos paseos.

Sencillamente no podría olvidar tus ojitos adormilados en un día pesado o esa hermosa sonrisa al verme después de tanto.

Recordar las cosas bonitas...


Ya no tengo oportunidad de celebrarte,pero me gustaría que supieras que no te olvidé, sigues en mi  corazón, intacto. Este amor sincero solo puede ofrecerte: Dejarte ser feliz, irme lejos. No volver.



Con todo el amor por siempre…

Comentarios

  1. Me duele... porque también me han herido y a diferencia creo que eres excelente escribiendo pero más que valiente al compartirlo. Que el éxito siempre esté contigo y que toda emoción sea musa para tu blog. Te quiero

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Un nuevo comienzo

Ya he aprendido que las palabras se derriban con los actos, que hay lágrimas que no se sienten, q ue hay recuerdos vergonzosos, recuerdos compartidos que nadie jamás podría borrar. Ya entendí que el tiempo es sincero, certero, no perdona ni da prórrogas ante las dudas o el miedo. Por fin comprendo que el amor se lleva todo, que lo transforma y que las anécdotas se guardan en el corazón para herirte de a poco en los momentos menos pensados. Ya razoné que un final te permite comenzar de nuevo, desde cero, desde nada como te atreviste al inicio aunque hoy la edad te asuste; robando el valor que un día te empujó a ser feliz cuando todo suena a estar en riesgo, así es la vida... Temeraria. Mi corazón es una esponja, a punto de reventar por tantas tormentas, debido a las palabras huecas, frases inconclusas, nubes siniestras. Hoy te pido: Exprímelo hasta dar lugar a esta nueva aventura, toma mi mano y lléname de sonrisas, llévame al cielo bailando hasta llegar a la luna, dame tu ju...

Enamorarte de mí.

Me gusta el fuego en tus ojos el frío en tus manos el silencio en tus labios. Me gusta el reflejo de mis pupilas en tu mirada dorada me gusta el aroma que desprendes al despertar. ¿Cómo es que podrías enamorarte de mí? ¿Cómo es que el tiempo fue tan corto que la vida y la lejanía, entre tanta gente, nos eligió para ser uno solo? ¿Qué hice para merecer el cielo en la tierra junto a ti? ¿Qué hice para que la distancia se acortará a centímetros y mis manos pudieran rodear tu cuello? Dulce contacto que dispara mi esencia cuando te encuentras cerca, tiempo y ganas, ganas de verte acostado junto a mí por las tardes de domingo. Frío tenue que se cuela por la orillita de tus labios mientras sonríes, vida alegre, risas y llantos que aclaman nuestra historia, nuestro encanto. El chocolate dispersado en pecas por encima de tu cuerpo, piel blanca que juega a engañarme sonrojada, tersa y amable que me permite tocarla por más intenso que sea el encuentro tus manos, dedos del...