Ir al contenido principal

Pasa la vida y no hay respuestas.

Foto: Israel Sundseth
Se terminó. Sin más una mañana al despertar, sólo sentía el hueco en el corazón, habían preguntas, teorías descartadas. No podía recordar nada, pero sabía que ver el amanecer, el cielo rosado y el frío erizando mi piel me causaban recuerdos de lo inexistente. Está ahí, lo sé, pero ya no puedo verlo, es como si hubieran ultrajado mi memoria, arrancándome las memorias de aquella historia que solía sellarse con un "para siempre".

Pero las palabras ya no sirven, sobrenombres endulzados recorren detrás de mis orejas, el cosquilleo de unas huellas ajenas.

Ese aroma extraño me causa impaciencia y en mis labios quedó un sabor a engañó, ese que es complicado distraer frente a la novedad. Hay suspenso porque nada de lo que veo reconozco. El tiempo no  transmite nada. Sólo hiere, distrayéndome del futuro y me pierdo.

Es tarde para nuestro amor, para contarnos historias casuales mientras reímos de camino a casa. Se acaban las oportunidades de mantener la atención en tus ojitos cansados al salir del trabajo, acomodando tu cuello desordenado, memorizando el sentir mis dedos entre tu cabello delgado y corto. 

Foto: Jovi Waqa
Es demasiado tarde para esperarte en medio de la calle, bajo la lluvia mientras gritas con reclamos mi ausencia y el tiempo perdido. 

Es sumamente tarde para recordarte el camino que juntos construimos, desmenuzando con detalles aquella noche de párpados hinchados que anhelaban húmedos tu regreso, tu abandono y toda la culpa que cayó en mis hombros con un solo discurso. Y el amor de tu vida que nos esperaba a la vuelta de la esquina. 

¿Cómo se puede ser tan feliz después de una tormenta? ¿Cómo se utiliza correctamente a alguien para olvidar?...

¿Cómo pretende que el tiempo pase a mi favor? Pasa la vida y no hay respuestas.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una carta sin entregar

Foto: Álvaro Serrano Estoy escribiendo esto aun cuando ni siquiera estoy segura de llegar a enviarlo… Cerré todo camino posible para no regresara la historia inconclusa que compartíamos. Sin duda, a diferencia de hace algunos años, esta historia no tendrá una segunda parte en la que todo logre funcionar maravillosamente por un tiempo. Sinceramente, hoy no tengo idea cuanto duro -en realidad- la anterior. Me quedé con un puño de dudas sobre la veracidad de lo construido. Aunque... hoy ya no importa. Pensé en ignorarte, en idealizar que por fin puse punto final a algo que no hacía más que atormentarme en las mañanas al despertar. Mi corazón se siente muy tranquilo, tengo deseos infinitos de ser feliz pues atrevidamente aseguraría que lo seré inclusive más de lo que fui contigo. Hoy he aprendido muchas lecciones y deseo aplicarlas con la persona que llegue a mi camino. Y aun si esto no sucediera, pretendo amarme y ser feliz con lo que soy.  No pienso en que tú te si...

Un nuevo comienzo

Ya he aprendido que las palabras se derriban con los actos, que hay lágrimas que no se sienten, q ue hay recuerdos vergonzosos, recuerdos compartidos que nadie jamás podría borrar. Ya entendí que el tiempo es sincero, certero, no perdona ni da prórrogas ante las dudas o el miedo. Por fin comprendo que el amor se lleva todo, que lo transforma y que las anécdotas se guardan en el corazón para herirte de a poco en los momentos menos pensados. Ya razoné que un final te permite comenzar de nuevo, desde cero, desde nada como te atreviste al inicio aunque hoy la edad te asuste; robando el valor que un día te empujó a ser feliz cuando todo suena a estar en riesgo, así es la vida... Temeraria. Mi corazón es una esponja, a punto de reventar por tantas tormentas, debido a las palabras huecas, frases inconclusas, nubes siniestras. Hoy te pido: Exprímelo hasta dar lugar a esta nueva aventura, toma mi mano y lléname de sonrisas, llévame al cielo bailando hasta llegar a la luna, dame tu ju...

Enamorarte de mí.

Me gusta el fuego en tus ojos el frío en tus manos el silencio en tus labios. Me gusta el reflejo de mis pupilas en tu mirada dorada me gusta el aroma que desprendes al despertar. ¿Cómo es que podrías enamorarte de mí? ¿Cómo es que el tiempo fue tan corto que la vida y la lejanía, entre tanta gente, nos eligió para ser uno solo? ¿Qué hice para merecer el cielo en la tierra junto a ti? ¿Qué hice para que la distancia se acortará a centímetros y mis manos pudieran rodear tu cuello? Dulce contacto que dispara mi esencia cuando te encuentras cerca, tiempo y ganas, ganas de verte acostado junto a mí por las tardes de domingo. Frío tenue que se cuela por la orillita de tus labios mientras sonríes, vida alegre, risas y llantos que aclaman nuestra historia, nuestro encanto. El chocolate dispersado en pecas por encima de tu cuerpo, piel blanca que juega a engañarme sonrojada, tersa y amable que me permite tocarla por más intenso que sea el encuentro tus manos, dedos del...