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Todo de ti.

Te amo, y estoy segura que podría decirlo un millón de veces, tantas como la vida me deje, las mismas que los besos me permitan siempre que no me distraiga de tu cuello, las mismas que respiro, podría sentirlo aún sin vida.

Quiero acabarme las oportunidades para saber que te di todo de mi, que si no te gusta mi forma de amar, aun me sentiré orgullosa de entregar hasta mi última letra de amor. No es fácil alejarme, no es simple seguir soñando en algo donde no estés incluido, es complicado confiar en el mundo... es inevitable confiar en ti.

Me inspiras, me alientas, haces suponer que todos nuestros movimientos son perfectamente únicos, sencillos y especiales. Sin desearlo, ya estoy dentro del circulo sentimental que te hace crear un futuro incierto, un futuro que promete un millón de sonrisas, miles de lágrimas valiosas.

Sentimientos mutuos, amarnos mientras concebimos y gozamos los pequeños enormes instantes unidos en una solo destino. 


Llegamos a la unión espiritual. Hoy mi alma te anhela.
Tu piel preserva mi deseo y el calor que generan tus brazos pálidos mantiene íntegro el recuerdo. Tus lunares en la espalda me cuentan todos tus secretos y mis ojos perciben tu regocijo. Mis dientes mastican tu lengua con dulzura y de pronto, somos uno en el tiempo. Flotando entre las sábanas, vemos bailar a las estrellas a través de nuestros cuerpos entrelazados.


—Que no acabe nunca— murmuré.




Foto: Nathan Walker

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