¿Recuerdas nuestras platicas cuando te hacía compañía en el trabajo? Me dejabas escuchar la música que yo elegía, aunque tú no la pudieras siquiera entender , todo era un esfuerzo ligero si venía conmigo de la mano.
Las mañanas y tardes eran para mamá, ella con su poder mágico de investigación lograban saber todo de nosotros, para así contarte nuestros días. Los tres esperábamos ansiosamente tu llegada al anochecer, recuerdo el cosquilleo en mi estómago al verte caminar frente a la ventana, siempre supe que el amor que te tenía era algo fuera de lo común, no hubo cuando no te admirara, tal vez tú sólo querías llegar y descansar de la pesada jornada pero cuando eres pequeño no lo comprendes.
Es verdad que jamás conocí el sufrimiento, las necesidades que otros pequeños padecen, siempre agradeceré tu enorme esfuerzo para darnos lo mejor.
Aquellos días tan complicados de tristeza, miedo... Cuando mi abuelo se fue, parecía que un pedacito de nosotros se había llevado el cielo, aún recuerdo su voz y estoy segura que tú igual. La vida cambia y te roba a personas que quisieras se quedaran aquí por siempre, para nosotros significó el inicio de varias pruebas que podríamos superar.Tantos cambios que se unieron ante la pérdida, eran cuestiones que jamás podían responderse y tal como nos prometiste, nuestras manos jamás se soltaron. Agradezco al destino por cómo se dieron las cosas, han sido los mejores años, convivir contigo como posiblemente no hubiera podido hacerlo antes.
Gracias por decir las palabras que tal vez nadie se atreve a decir, por el coraje, la tenacidad y esa sensibilidad que en ocasiones se escapa para dar un giro a la realidad, gracias por el tiempo y tus deseos enormes de compartirlo todo.
Te agradezco por pensar en mí como alguien por quien sentirte orgulloso, sé bien que contigo experimentare al fin el amor eterno y que ni el destino podría separar nuestros pensamientos. Reconozco infinitamente tu labor de sembrar la valentía en mi, porque mis pies han tenido debilidades, mi cabeza se ha inundado de ideas y aún así, he recuperado el aliento sólo con tus enseñanzas.
Hoy puedo corresponderte por el camino que me ayudaste a trazar, por los valores que sembraste en mi junto con mamá, porque aunque el viento sople fuerte, nada podrá moverme de aquí. Me ha premiado con tan hermosa familia y aunque puede que jamás pueda darte lo que imaginaste, debes asegurarte que estaré bien, tu mano estará tomada de la mía y mis recuerdos se aferrarán a tu memoria como las nubes al cielo, como el pasto a la tierra. Que tu sangre y mi sangre llevarán el mismo tono a pesar de la época, la distancia, de los mundos imprudentes que atraviesen, que está, nuestra historia nunca tendrá final.
Te amo al ritmo de la lluvia y el canto de los pájaros que nos despiertan por las mañanas, te amo con la misma intensidad de tus desvelos por regalarme las mejores oportunidades. Te amo con la gracia divina que nos permitió conocer dicho concepto
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