El dolor es un estado mental, es la respuesta a una acción, todos sentimos dolor alguna vez en la vida y de ti depende tomarlo como principal arma para derrotar todo aquello que tuvo poder sobre ti.
En ocasiones llego a reflexionar que esas pruebas que pone la vida en los lugares menos pensados, son las más valiosas. Ya no pienses acerca de lo sucedido fue una mala jugada del destino, tiempo perdido.
El dolor te ciega, te oculta en todo aquello que deseas olvidar, genera miedo.
El abismo que se crea dando paso al sufrimiento es una puerta que nosotros mismos decidimos abrir, así que si lo has sentido deberás saber que a pesar de ese dolor la vida sigue su curso y es una cuestión personal decidir bloquearle el camino. No dependas de nada, de nadie.
Puede que duela ahora, pero créeme: cada día que decidas quitarle poder a ese mal que te acontece ahora te permitirá ver esos bellos amaneceres de los que te has perdido por mantenerte tan distraído.
¿Entregaste tu corazón y no le valoraron? Sigue caminando, sal corriendo de todo aquello que ya no te sirve, ni como buena lección. Desaparece lo que te hace sufrir, elimina la decepción por que aquellos que te desangraron no dejaran espacio para ti y caminar sobre dudas es sólo perdida de tiempo. Es terrible dedicar tus minutos de oro a quien no entiende del tiempo, a quien piensa que todo lo puede, que todo lo merece.
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Foto: Joshuo Earle |
Por esto, llegó el momento de despertar y ver todos los caminos que tienes para continuar, no te dejes vencer.
Soy una sobreviviente de los sueños perdidos, de la ilusión aferrada, he llorado hasta el amanecer haciéndome preguntas inútiles, que aunque tuvieran respuestas, de nada serviría el desvelo.
Sí, yo también tuve miedo, pero cuando descubrí el contenido de mi corazón por fin entendí aquello que alguien me dijo en uno de esos días difíciles: “siempre viene la vuelta”.
Te puedo decir que es complicado salir del trance y comenzar de nuevo, pero te tienes a ti y con eso basta.
Siempre hay una esperanza para continuar y si hoy no la consigues, no te desesperes, sé paciente, observa los detalles, sonríe aunque pienses que no tengas motivos, pues esto alimentará tu alma.
¿Has sentido la lluvia? ¿El frío de las mañanas nubladas? ¿Recuerdas aroma de la tierra mojada? Pruébalo… Pruébate a ti mismo que hay un millón de razones por las cuales tomar el camino de la felicidad.
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