Foto: Mihail Ribkin Ayer me acorde del pasado, de cómo jugaban sus manos con las mías, de las palabras eternas las que al final ya eran frías. Fue un golpe de realidad que me congeló el cuerpo mientras iba recordando que para saber tu dirección, de vez en cuando debes voltear hacia atrás, fue cuando decidí hacerlo y me percaté que sigue ahí, aunque desee lo contrario siempre será el acompañamiento de mi historia, de la misma forma que él caminará con mi rostro grabado en la piel. La vida nos cambió, podría decir que la sorpresa más grande fue para mi ya que soy ese tipo de personas que jamás prometería algo que no pudiera cumplir, soy frágil pero no cobarde, él logró destapar toda mi vulnerabilidad en un santiamén. Hoy, mientras miro su rostro entre la neblina, quema el pecho y escucho el crujir al corazón, sin embargo, ya no hiere, se quedó sólo en pensamientos. Después, en cuanto me distraje con una mirada hermosa, se quedaron sólo rastros en mi memoria. F...
Son esas cosas que no se pueden decir en voz alta.