Foto: Pablo Hernández Sería un poco complicado asegurar tu sonrisa eterna el dulce alivio de sentir tu cuerpo a mi lado, la mirada eterna, las caricias con frenesí, todo aquello que se guarda por siempre en nuestra alma. Somos tan eventuales, como aquella estrella fugaz que siempre deseamos ver pero jamás apareció cuando más se necesitaba. Somos como ese gramo de esperanza, como las ganas desenfrenadas de tocar la dicha, posiblemente como ansiábamos elevarnos al firmamento, devorando por completo el ambiente herido del pasado. Somos lo que siempre esperábamos ser, el dócil movimiento de nuestras manos al tocarnos, la frescura de nuestros gestos, nuestras lágrimas heladas las que nos inspiran a imitar la perfección. Te amo maravilloso ser, amo tu bondad, tu genio, tu modo de callarme a besos, tu excelencia, amo todo de ti.
Son esas cosas que no se pueden decir en voz alta.