Fotografía: Mikayla Mellek Cuando tomaste la decisión de viajar lejos de mi, la idea de que todo terminaría permanecía intacta, a pesar de tus dulces palabras, de tu tiempo constante s abía que la gran oportunidad posiblemente no aparecería una vez más, me hubiera sentido devastado si pudieras algún día reclamar dicha situación. La confianza que construimos durante estos años me hizo pensar que fallaba con sólo imaginar que todo podría quebrarse ante la distancia. Jamás me sentí tan feliz, como cuando vi tus hermosos ojos claros brillantes y esas pestañas que parecían otorgarles un espacio de protagonismo intacto, eras tú quien daba sentido a todo aquello que resultaba ser tan difícil, nada costaría un esfuerzo a tu lado, con tus besos para mí y tú ombligo reclamándome el sueño mientras esos divinos rizos se enredaban en mis dedos. El día llegó, intente no llorar mientras poco a poco te me perdías de vista, intenté ser fuerte para que tu viaje no fuera complicado entre l...
Son esas cosas que no se pueden decir en voz alta.